1. |
Santificadora
de caminos, “encrucilladas”, plazas,
“vereas” |
2. |
Protectora
frente a influjos siniestros y hechizos |
3. |
Conductora de
peregrinos |
4. |
Reconfortadora
y de descanso para los caminantes |
5. |
Anunciadora de
la proximidad de santuarios, sepulturas, muertes por accidente y de
límites jurisdiccionales |
6. |
Testificadora
de las promesas que se realizan |
7. |
Conmemorativa
de acontecimientos históricos y legendarios |
8. |
Impetratoria
con motivo de alguna calamidad pública o de algún
favor celeste |
9. |
De
acción de gracias por algún beneficio otorgado
por Dios |
10. |
Satisfactoria,
como penitencia por los pecados cometidos |
11. |
Piadoso-oracional,
en orden a la realización del ejercicio del “Via
Crucis” |
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Bernardo Barreiro de Vázquez Varela indica, en
su libro “Brujos y astrólogos de la Inquisición en
Galicia y el famoso libro de San Cipriano” (1885), uno de los
usos que se les daba a los cruceiros en tiempos pasados, relativo a los
niños "raquíticos":
"Es necesario levantarse del lecho y salir de casa antes de rayar la
aurora. Marchando madre e hijo enfermo por nuestras poéticas
corredoiras; y respirando el aire puro del campo a aquella hora ¿cómo
no ha de ser saludable este procedimiento? Pero se llega a una
encrucijada de tres o cuatro o cinco senderos, en el monte, en el
valle, o en la cañada. Allí se levanta generalmente un cruceiro de
piedra con tres escalones. La madre se sentará en ellos y sin
pronunciar una sola palabra desde salir de casa por más que vea lo que
fuere, atará a su hijito con la cinta al fuste de la cruz, esperando a
que pasase desde entonces por aquellos senderos el primer transeunte a
quien debe decir enseguida este pareado:
-”Mulleriña (ou homiño) que vai de fortuna desencabestrem esta
criatura!....”
El pasajero, o pasajera, se detiene; corta las ligaduras que aprisionan
al niño enfermo y en aquel momento recobrará la salud y se habrá ido
noramala el aire de la doncella imprudente “si se ha hecho la ceremonia
con toda formalidad”."
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